Introducción

Desde el año 2019 Bolivia enfrenta una nueva etapa histórica, inscribiéndose en las cada vez más veloces y bruscas crisis económicas, políticas y sociales internacionales. En lo político, la segunda década del siglo se inicia con el deterioro del Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), partido que lideró el Proceso de Cambio por cerca de 20 años, pero que ahora enfrenta una ruptura aparentemente irreversible. Su división supone una de las mayores tragedias de la izquierda boliviana, pero su crisis, además, se irradia a diferentes niveles, organizaciones sociales matrices e instituciones del Estado, hasta no solamente poner en riesgo la victoria electoral del bloque nacional-popular en el 2025, sino también la capacidad de las fuerzas revolucionarias y progresistas de ofrecerle un futuro diferente a la sociedad boliviana. Se constata, pues, la incapacidad de la izquierda boliviana, que tiene como núcleo gravitante al MAS-IPSP, de “profundizar” el Proceso de Cambio.

A nivel latinoamericano, tras el primer momento de esperanza provocado por el surgimiento de la segunda ola progresista, vemos a pocos años de su inicio varios procesos derrotados como el argentino y el peruano, decaídos como el chileno o con duros desafíos para mantenerse en el poder como el colombiano. El bloque popular regional se encuentra en una etapa de ralentización en su capacidad de impulsar transformaciones sociales, bordean el estancamiento y, en el mejor de los casos, solo es capaz de ofrecer una administración aceptable de los logros alcanzados -generando un nuevo status quo- sin horizonte y con propuestas difusas.

Por otro lado, las teorías, ideologías y concepciones liberales y conservadoras, han avanzado decididamente en la región latinoamericana, obteniendo victorias electorales e influencia en la esfera cultural, surgiendo año a año distintos grupos fascistas, paramilitares e iglesias con agendas políticas abiertamente reaccionarias.

Lo anterior marca el momento que vivimos, una profunda crisis económica, política e ideológica de la izquierda en la región, por lo que la práctica de las organizaciones de izquierda, como el de la Brigada Socialista en Bolivia, se situá en este marco comprensivo.

Crisis de la izquierda boliviana y el MAS-IPSP

La apretada victoria en primera vuelta del MAS-IPSP en las elecciones del 2019 y el golpe de Estado demostraron un agotamiento programático y carismático del MAS-IPSP, que se expresa en el ascenso de fuerzas políticas antagónicas a los intereses populares. El 2021 las elecciones subnacionales, por su parte, estuvieron marcadas por diversas novedades: la derecha tradicional/neoliberal experimento un cambio de liderazgo encabezada por su facción ultra, pero que también se vio reducida. Mientras de forma casi simultanea una nueva oposición popular, en gran parte de los nuevos liderazgos indígenas, emergió de las disputas internas del MAS-IPSP, ya escindido entre la dirección depuesta por el golpe de Estado y liderazgos que supieron aprovechar los clamores de cambio interno en el partido en particular y del bloque nacional-popular en general.

El resultado; una mayor fragmentación electoral del bloque popular, debilitándolo políticamente. La peligrosa crisis orgánica que sigue el MAS-IPSP hacia su ruptura, arrastrando la tan sacrificada unidad del bloque nacional-popular, junto a la ausencia programática, marca la crisis política de la izquierda en Bolivia en la actualidad.

La crisis orgánica del MAS, el conflicto entre bloques liderados por Evo Morales y Luis Arce Catacora llegó a un punto de muy difícil retorno. Escalando al punto de involucrar diferentes órganos del Estado como la Asamblea Legislativa Plurinacional y el órgano judicial, abriendo espacio a una muy peligrosa judicialización de la política.

En ese marco, consideramos que la postura socialista debe ser encausar el conflicto en una ruta crítica que persiga la democratización del instrumento político. Para ello, hacemos un llamado a la unidad en las organizaciones sociales e instamos a que se sigan buscando las instancias de diálogo interno para encaminar el proceso decisorio hacia las primarias internas del partido, en las cuales puedan participar todos los candidatos pertenecientes a este, y así la decisión pueda ser tomada mediante el voto de la militancia. En ese sentido, rechazamos vehementemente los intentos de inhabilitación de Evo Morales como posible candidato a las elecciones del 2025 por parte del gobierno de Luis Arce Catacora mediante la instrumentalización del Tribunal Constitucional Plurinacional. Los derechos políticos de este y todos los compañeros y compañeras no deben ser violentados.

En caso de que las primarias no puedan ser encaminadas, en el peor de los casos, instamos a que las candidaturas puedan ser viabilizadas por partidos separados, sin anulaciones por vías jurídicas de posibles candidaturas, en tantos estas pueden desencadenar enfrentamientos violentos entre la militancia, poner en riesgo vidas, sin garantizar victoria electoral alguna.

Las demás organizaciones sociales y políticas, , impotentes frente a lo que sucede en la cúpula masista, deben prepararse ante los peores escenarios electorales. Solo manteniendo y fortaleciendo la organización es que se podrán superar los desafíos del futuro.

Por otra parte, es importante considerar que la crisis orgánica del MAS responde a razones estructurales. Una de ellas es la crisis de liderazgos a nivel nacional por parte del bloque nacional-popular y sus razones no han sido debidamente analizadas. Consideramos, no obstante, que su reflexión deberá considerar principalmente la ausencia de mecanismos democráticos, transparentes y justos al interior del Proceso de Cambio, que garanticen el surgimiento de nuevos cuadros sin que esto suponga una crisis y guerra intersticial. De igual manera, la reflexión tanto sobre las gestiones anteriores del MAS-IPSP como la actual, también debe estar acompañada de otros elementos como 1) la naturalización de la cooptación de espacios de poder de oportunistas que han cerrado las vías para cuadros políticos surgidos de la base, 2) la falta de formación político e ideológica que provoque procesos de crítica y propuesta creativa, lejos de la repetición de consignas superadas y 3) el remplazo de las vías orgánicas por los mecanismos del Estado para el posicionamiento de liderazgos, resultando en dirigencias artificiales y en un favorecimiento de cuadros no indios.

En relación a la a crisis programática, al 2024 reiteramos que la búsqueda de la izquierda boliviana por un nuevo horizonte para el país ha sido completamente invisibilizada y desplazada por la crisis orgánica del MAS-IPSP, Ante esta situación es imperativo emprender acciones concretas de manera autónoma, desvinculándose de la disputa interna del partido oficialista.

Reafirmamos que las organizaciones e intelectuales de izquierda deben buscar la comprensión objetiva, material, de la realidad boliviana y actuar en consecuencia definiendo como primer paso superar la crisis programática. Lo cual debe partir de la premisa: la Bolivia que produjo el Proceso de Cambio no es la misma sobre la cual actuó durante 17 años. La superación de las contradicciones del pasado, a través de la praxis de las organizaciones campesinas y obreras, han inaugurado nuevas contradicciones inéditas. Por lo tanto, los programas y proyectos del presente no pueden ser los mismos del periodo anterior, sino que tienen que estar a la altura de la coyuntura.

Lamentablemente, como otro aspecto de esta crisis, la presencia intelectual de la izquierda boliviana se ha visto reducida a pocos nombres y en el ámbito especifico del pensamiento concretamente socialista, prácticamente ha desaparecido d, haciendo opaca la comprensión de la nueva Bolivia en proceso de formación. Esto ha ocasionado la proliferación de pensadores liberales y teorías para entender la realidad. En contrapartida a la ausencia de la perspectiva socialista boliviana, inexistente en el debate público, esta se limita en el mejor de los casos a la defensa decidida de lo alcanzado por los antiguos socialistas y organizaciones sociales populares, sin mostrar una audacia teórica significativa.

Así mismo, los datos macroeconómicos alentadores del Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (MESCP) no deberían nublar nuestra propia y constante comprensión crítica del sufrimiento de nuestro pueblo: aún falta mucho camino por recorrer; de lo contrario, podríamos irnos a nuestras casas con la tranquilidad de que el capitalismo con rostro social solucionó los grandes problemas nacionales. Pero habría que estar ciego como para no percatarse que el crecimiento reciente de la derecha, así como de izquierdas liberales, responde a que nuestros modelos no están dando soluciones adecuadas a las nuevas realidades.

Por lo cual, retomando la tradición del movimiento socialista, es una tarea necesaria lanzarse a la interpretación de la realidad concreta para ofrecer alternativas a las clases populares y trabajadoras, la cual no entra en contradicción con la defensa del Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (MESCP) en contexto de ofensiva de la oligarquía.

No creemos que será la obra de una individualidad intelectual o de organizaciones aisladas la comprensión de las nuevas contradicciones del país, sino que será parte de un movimiento social que sea capaz de articular y atraer a sectores sociales y a la intelectualidad para avanzar en los proyectos necesarios para la profundización del Proceso de Cambio.

Aspectos de la crisis Económica

El 2024 en Bolivia comienza marcado por el espectro de la crisis económica que amenaza con producir un efecto pendular, acercandonos al fenómeno argentino, en el cual, debido al fracaso en la gestión económica del peronismo, los argentinos optaron, por desesperación y frustración, por la extrema derecha. Si bien existen profundas diferencias entre contextos y acumulaciones históricas, en caso de que el MAS-IPSP no pueda actualizar y dar vitalidad al Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (MESCP) para responder a la crisis, se corre el serio riesgo de que la salida de esta, impulsada por las clases altas, sea por la derecha y el neoliberalismo con características locales.

Como Brigada Socialista consideramos que, frente a esta amenaza y los profundos estragos que puede ocasionar entre las clases trabajadoras, sería absolutamente irresponsable electoralizar y hacer politiquería con la economía del pueblo. Es un bastión que la izquierda en su conjunto debería proteger, por ello, frente a las arremetidas del neoliberalismo, que ya difunde como novedad viejas fórmulas de libre mercado debido a que supuestamente el “modelo económico masista” llegó a su fin, la izquierda debe defender la importancia de este modelo, tanto en el pasado como en la actualidad, en tanto es producto de décadas de reflexión, gestión y luchas.

Es decir, frente al avance de la doctrina neoliberal, como Brigada Socialista hacemos un llamado a defender al Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (MESCP) y la unión de Bolivia a las plataformas internacionales de integración latinoamericana como los BRICS o la CELAC.

Ahora bien, esta defensa no supone postergar aún más la profunda crítica que el mismo modelo requiere por parte de la izquierda, según sus propios lentes, para seguir siendo una vía hacia un país más justo e igualitario. Hoy por hoy podemos decir que el Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (MESCP) ha encontrado sus límites en las propias contradicciones que produjo. Por lo cual, se requiere que las organizaciones sociales y políticas vuelvan a pensar el modelo para traer nuevas propuestas que lo profundicen.

Es decir, frente a las limitaciones que presenta el Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (MESCP) para acercanos al socialismo, la izquierda debe trabajar en conjunto para pensar la superación de sus limitaciones.

En ese sentido, la Brigada Socialista abogará porque el camino que sigue siendo radicalizar los mecanismos de redistribución de la riqueza, radicalizar la transparencia de estos mecanismos de cara al pueblo y si los tiempos de crisis económica nos llevan a la necesidad de recortes, austeridad o a intentos de liberalizaciones, se preguntará ante cada movimiento de austeridad ¿para quién es el beneficio? Velando por los intereses de los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad.

Así mismo, la Brigada Socialista promoverá el análisis de las nuevas contradicciones de la formación social boliviana, para profundizar el conocimiento entre la población de aspectos como la industrialización, el fin del ciclo del gas en Bolivia, la vía del litio, entre otras, y también los beneficios y desafíos de promover el surgimiento de un mundo multipolar y de pertenecer como país a plataformas internacionales como los BRICS con el objetivo de hallar salidas a la crisis económica nacional.

Crisis de Estado

El 2024 se celebraron 15 años del Estado Plurinacional de Bolivia, lo cual lamentablemente estuvo acompañado de serias críticas a sus avances y situación actual. Se puede afirmar que, a pesar de los importantes avances institucionales en materia de inclusión de los pueblos indígenas en la composición del Estado y de democratización, también el nuevo Estado se ha visto plagado por las consecuencias del prebendalismo, la burocracia exacerbada y el deterioro de la justicia.

Referido a este último punto, sumada a su corrupción y abuso del ciudadano común en la vida cotidiana, la disputa interna del MAS ha despertado intereses en la esfera de la justicia abriendo las puertas a la acción discrecional y política de los magistrados, hundiéndola en una profunda crisis de legitimidad.

Por su parte, tampoco se superó de manera significativa que el Estado boliviano siga promoviendo un modelo económico capitalista con rasgos coloniales en su funcionamiento.

En ese marco, se deben aumentar los esfuerzos para promover la Reforma Judicial en Bolivia, impulsar un mejor funcionamiento del Estado en su oferta de servicios mediante mecanismos modernizantes como la digitalización y ejercer mayor control social desde la sociedad.

Crisis internacional

A nivel internacional existe una transición del mundo unipolar, que tiene como hegemonía a Estado Unidos, hacia uno multipolar encabezado por China. Esta transición abre diferentes escenarios geopolíticos para países del capitalismo periférico como Bolivia y permiten pensar en la posibilidad de superar la histórica injerencia y explotación de Estados Unidos en la región latinoamericana.

No obstante, esta transición, que involucra guerras comerciales entre potencias económicas y ahora también guerras bélicas como las libradas en Ucrania o el genocidio en Palestina, repercute económicamente en todo el mundo y esto se ha traducido en el fortalecimiento de la extrema derecha, esta opera armada de discursos radicales anti sistema, pero que en el fondo sostienen el histórico proyecto económico de la derecha tradicional. Analizar el por qué de estos resultados de la crisis global es una asignatura pendiente.

Por ello, los socialistas tienen que ahondar sus esfuerzos para que la izquierda regional se radicalice, unirse y promover la unión a instancias internacionales multipolares como los BRICS y establecer vínculos de solidaridad y cooperación con organizaciones de otros países.

Crisis ambiental

Anivel mundial, presenciamos el continuo avance de la crisis ecológica global, resultado del modelo capitalista. s. Las medidas internacionales para retener la contaminación provocada por los grandes consorcios empresariales y productores de energía han experimentado un debilitamiento progresivo En este sentido, tomar posiciones más decididas en torno al cambio climático es cada vez más urgente y apremiante, en tanto todos sufriremos sus consecuencias de manera inevitable.

Consideramos que en Bolivia no existen, hasta la fecha, políticas contundentes y consecuentes para proteger el medio ambiente. Las que existen son de carácter mitigante, pero los efectos de la crisis ecológica ya se sienten entre los más vulnerables. Por otro lado, la agenda ecológica sigue siendo un instrumento político de los grupos de derecha en Bolivia y estamos lejos de mecanismos de sanción a los verdaderos responsables.

En este escenario, la izquierda debe tomar mayor protagonismo en la agenda medio ambiental, disputar a los grupos de derecha el sentido y causas que explican la crisis ecológica, promover la toma de consciencia y exigir que el Estado se haga cargo de las personas más vulnerables al cambio climático.

Programa de Acción Política, Brigada Socialista año 2024

En esta coyuntura específica el Programa Político de la Brigada Socialista pretende alcanzar los siguientes tres objetivos en un año:

1. Organizar y formar a mujeres y hombres en torno a la praxis socialista.

2. Articular con compañeros, compañeras y fuerzas sociales y políticas progresistas, populares, trabajadoras, revolucionarias en torno a objetivos en común; tanto de interés sectorial como de interés político. Esta articulación, también debe traspasar las fronteras nacionales y buscar trabajo solidario y coordinado con otras organizaciones de izquierda en Latinoamérica y el mundo.

3. Contribuir, como producto de un movimiento social, en la producción del Programa Político que esté enmarcado en las necesidades del horizonte del bloque nacional-popular boliviano en la actualidad.

Para lograr los objetivos, la Brigada Socialista se basará en las siguientes líneas de acción:

a) El trabajo solidario y militante al lado de distintos sectores de la sociedad boliviana que sufren ataques de las élites y los efectos del capitalismo. Mediante esta línea se pretende colaborar en la mitigación de los efectos de la marginación social, la explotación y discriminación entre los sectores populares y trabajadores. También servirá a la formación de los militantes desde la práctica, acercándolos a diferentes realidades y pruebas políticas concretas. Así mismo, permitirá el acercamiento y alianza con diversos sectores sociales de las clases populares y trabajadoras, basados en el trabajo honesto y comprometido, al tiempo que permitirá una compresión concreta de las pulsiones y frustraciones de la población.

b) Formación política constante sobre diversas corrientes de pensamiento revolucionario, filosófico, social, fortaleciendo la memoria histórica colectiva sobre las luchas sociales. La formación debe desarrollarse al interior de la organización, donde los militantes aprendamos continuamente, pero también debe estar orientada a impartir y compartir lo aprendido hacia el pueblo, a través de diversas actividades de formación.

c) Aumentar nuestras capacidades y producciones mediáticas mediante el perfeccionamiento del uso de las nuevas tecnologías para difundir los nuevos ideales socialistas y denunciar los abusos en contra del pueblo.

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